La Vieja Bola.
Se abrió la puerta y la ventisca introdujo varios copos de nieve en la habitación. El abuelo regresaba de los mercadillos navideños con dulces y unas velas para encima de la chimenea. Se quitó aquella vieja bufanda de lana y la gorra campera, ante la mirada risueña de su nuera sacudió los zapatos empapados de nieve y los puso cerca del fuego para que se secasen, dejando al descubierto los roídos calcetines. Sus dos nietos estaban en mitad del salón sobre la alfombra junto a su madre intentando decorar un árbol de navidad que nada tenía que ver con aquellos arbolillos verdes que el anciano recordaba en su ya alejada infancia. El viejo no dejaba de mirar aquellos chismes que colgaban del árbol sin dar sentido alguno a su ilusión navideña. Con sus calcetines agujereados subió hacia su alcoba, buscó en aquel armario entre cosas inservibles que había dejado que las devorase el olvido. Encontró una pequeña caja de cartón abollada, colocó de forma superfic...