El Árbol de Nuestros Días. (resignación, ambición, sueños)

Anoche estuve viendo un programa sobre los diferentes cambios tanto sociales como laborales que esta cruel crisis esta generando en nuestro país (por no aludir al globo entero). Hablaban diferentes tipos de personas, de diferentes edades y de diferentes posiciones y/o formaciones. Me llamaba la atención que los más mayores (en general) eran los que tenían más claro que había que seguir luchando y trabajando para resistir el azote de esta recesión. Estaban dispuestos a mantenerse firmes ante las constantes presiones de los jefes, administraciones, compañeros, etc. para rebajar sus salarios, aumentar su horario laboral y reducir sus privilegios que tanto ha costado conseguir. Tenían claro que después de tantos años dilapidar aquello sería como caer en un pozo que les arrastraría a tres décadas atrás. Sin embargo, los más jóvenes estaban hipnotizados por un halo de resignación que les hacía caminar como zombies. Se aferraban a cualquier trabajo por duro y mal pagado que estuviese, no protestaban aunque no les hicieran ni  contrato, y aún teniendo una formación extensa y especializada no aspiraban, no ambicionaban a un puesto mejor. Se conformaban con "seguir" igual que sigue un árbol en el campo.

Puede ser que sea frívolo decir estas palabras para aquellos que arrastren diferentes pagos o cargos como hijos, cada situación es un mundo, como cada mundo es una situación,  pero me dolía ver a la juventud (de la que aún formo parte) altamente preparada,  hundida, petrificada por una sociedad que grita a voces la resignación para despreocuparse de generar mejores condiciones. Si destruimos nuestros sueños, si vivimos en permanente comunión con un muro negro de piedra  delante de nosotros,  devastamos uno de los más dulces motivos para vivir, sin ilusión no hay nada. Seremos como el árbol que crece y se seca en un mismo lugar, cabizbajos, asintiendo como robots las ordenes impuestas por el contexto que nos rodea. La ambición puede ser un veneno en dosis altas, pero también es una droga placentera en pequeñas. Luchemos por continuar, como bien decía Jose Luis Sampedro : "El sistema está roto y perdido, por eso tenéis futuro"

"Hoy es Siempre Todavía". _ Antonio Machado