De Guerreros, Castillos y Parados...
Llevaba más de dos años en paro y había consumido su tiempo en leer decenas de novelas caballerescas, de honor, de guerreros capaces de superar cualquier obstáculo, entregar su vida por la lucha de un ideal. Aquella mañana se despertó con una llamada esperada, deseada más bien, una llamada de trabajo, una puerta abierta a la oportunidad de desarrollar su profesión. Se vistió, se colocó su armadura forjada en el acero de la montaña por los grandes maestros antiguos. Guardó el pañuelo de su amada en el guantelete y sentado junto a la chimenea afiló su espada, aquel arma le ayudaría a lograr su fin. Tuvo que salir de su pueblo, allí no había nada, la gran ciudad le espera con aquella oportunidad, había estudiado durante toda su vida. Se contarían por miles las horas que permaneció enclaustrado en su escritorio, contra la pared, rodeado de libros de derecho y humanidades, y en el cajón, para despejar la mente una buena novela de batallas. Pronto llegó al embarcadero, tomó prest...
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