Llevaba más de dos años en paro y había consumido su tiempo en leer decenas de novelas caballerescas, de honor, de guerreros capaces de superar cualquier obstáculo, entregar su vida por la lucha de un ideal. Aquella mañana se despertó con una llamada esperada, deseada más bien, una llamada de trabajo, una puerta abierta a la oportunidad de desarrollar su profesión. Se vistió, se colocó su armadura forjada en el acero de la montaña por los grandes maestros antiguos. Guardó el pañuelo de su amada en el guantelete y sentado junto a la chimenea afiló su espada, aquel arma le ayudaría a lograr su fin. Tuvo que salir de su pueblo, allí no había nada, la gran ciudad le espera con aquella oportunidad, había estudiado durante toda su vida. Se contarían por miles las horas que permaneció enclaustrado en su escritorio, contra la pared, rodeado de libros de derecho y humanidades, y en el cajón, para despejar la mente una buena novela de batallas. Pronto llegó al embarcadero, tomó prest...
Ayer salio la noticia, son más de seis millones de parados los que hay en este, nuestro país. El paro juvenil llega al 60% y lo peor de todo es que no se ve luz, al final del túnel El desempleo es como una plaga de aquellas del antiguo Egipto que asoló a una civilización. Ha irrumpido en silencio, poco a poco sin anunciarse y pasando desadvertida. La situación es tan cruel y triste que la gente asocia encontrar empleo con una lotería, con un golpe de suerte, con una llamada divina, y eso nos conduce a la pobreza intelectual, a la precariedad, a la sumisión . Estar desempleado es una situación dura, difícil . Tu cabeza no para de girar y buscar soluciones a todos los pasos dados en la búsqueda, recorres el camino que te ha llevado hasta allí, una y otra vez, mirando de lado a lado, buscando alguna puerta que quizás debiste coger. Esa frustración, ese mal sabor de boca hace que se generen conflictos con tu alrededor, y sobre todo y más importa...
Miguel Delibes. Escritor Español Me encontré en una vieja entrevista grabada a Miguel Delibes una frase que me llamó la atención y me produjo una rara sensación de nostalgia y pena. Delibes, amante de su tierra, del campo, y de la caza, era un hombre aferrado a las costumbres, y no es que lo conociese (Que mucho me hubiese gustado) si no que repasando varias entrevistas y biografías es lo que más destaco de él. La frase en cuestión era : "El mundo rural, el de trigo y cebada, murió cuando la televisión sustituyó al abuelo". Gran frase que encierra la pena por un sentimiento puro: el de amar a la tierra, al campo, a las viejas historias y a los lazos familiares. Creo que yo fui de las últimas generaciones en las que el abuelo seguía siendo un entretenimiento infantil. Sus historias del pasado, sus enseñanzas de hombre a hombre, aunque fuesen de hombre a niño. Permanecer embelesado con sus palabras, con aquellos proverbios que a la larga tanto me han servido. ...
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