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París, siempre París..

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Hacia tiempo que no escribía en el blog,  mi ritmo de vida actual  me ha robado tiempo para la literatura. El corazón me ha dado un vuelvo con las noticias que llegan de París. Desde que puse el primer pie en aquella vieja y hermosa ciudad quedé  para siempre enamorado de sus calles y ese ambiente de cultura y libertad que se respira por cada rincón. En París vivió Hemingway, Victor Hugo,  Gabriel Garcia Marquez, Mario Vargas Llosa, Picasso, y un inmenso numero de genios que hicieron de esa ciudad un ejemplo de cultura y civilización. Recorrer sus calles fue para mi volver a los libros, a las grandes historias, a otro tiempo donde cualquier sueño era posible. París es belleza en todos los sentidos, no hay un metro de la ciudad donde no quedes parado a contemplar. Ayer la ciudad de la luz y el amor (y añadiría la cultura) fue atacada vilmente.  Abordada por los piratas de nuestro tiempo intentando (solamente intentando) causar miedo y desesperación  a una población que siempre ha s

El Amor a las Pequeñas Cosas...

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El amor a las pequeñas cosas. El mundo gira a una velocidad infernal. Es como si siendo un niño te subieses a un tiovivo navideño  y de repente este se pusiese a dar vueltas descontrolado, casi de manera huracanada y cuando parase te vieses como un anciano solitario, envuelto en un mundo que ya no es el tuyo, rodeado de elementos ajenos a ti. Estoy enamorado de la belleza de las cosas simples, de las pequeñas cosas. Sin ellas mi universo tendría menos valor, me ahogaría más su oscuridad. El olor del café recién hecho mientras observo como el sol sube por la ventana. Leer un libro perdiendo la noción del tiempo, siendo parte de sus entrañas, de la tinta del papel. Una mañana en calma, pensando sobre cosas absurdas y recuerdos de niñez. Es amor a lo simple, a una caricia seguida de otra sonrisa, al calor del hogar en la vuelta, a una carretera infinita mientras escucho una balada de rock. Observar el cielo desde la calle, ver pasar a sus gentes con la prisa en la cara y tu, como s

A ti.

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Llego sin avisar, aunque realmente esperada. Un buen amigo me dijo que los más difícil de escribir es escribirle al amor. El amor, ese torrente que te cautiva, que recorre cada vena por muy fina que sea llegando hasta el último milímetro del cuerpo. Es entonces cuando confundes tu universo mundano con el alma y te dejas llevar como una hoja seca en el otoño soleado, danzando al tiempo, sintiendo sin más. Aquella fue la sensación, un huracán inedito de sensaciones que entraron por una pupila juvenil y soñadora que como electricidad recorrieron cada parcela de mi cuerpo para salir por los dedos de mi mano, que al juntarlos con los suyos en una breve y esperanzadora despedida quedarían unidos para una historia de amor que sobresale de palabras y hechos y que desemboca en el camino que llevo recorriendo, y que si la fortuna o algún dios sobrenatural me acompaña recorreré junto a sus ojos marrones. Apostamos por nosotros sin mirar a la fortuna. Si el amor fuese gratitud, tendríamos que