La Mala Educación.

Estamos acelerados, vivimos como en una especie oscura dimensión que nos lleva y nos trae de un sitio a otro, sin apenas darnos cuenta. El reloj jamás pasa lento, suda y enloquece  y por ello no disfruta de su tiempo, si no que lo quema y lo atropella.

Dicen que cualquier tiempo fue mejor, puede que sí, o tal vez lo mejor esté por llegar. No quiero juzgar, ni pretendo, el presente es un regalo que se ha de aprovechar como una última copa de whisky,  cuando ya el bolsillo esta vacío,  lentamente, saboreándolo, siendo consciente de que cuando se vaya no volverá. El futuro es algo más abstracto, pero todos pensamos en él, todos tenemos sueños y pobre de aquel que no los tenga.


Pero si he llegado hasta aquí no es para hablar de presente y futuro, si no para deleitarme con unas lineas dedicadas a aquel pasado donde la libertad y la naturaleza más humana afloran y corren por cada uno de nuestros poros. Donde no hace falta cumplir las normas sociales que nos exigen unas pautas de educación y saber estar, con diálogos establecidos y coreografía aprendida. Cuando eres niño, en tu infancia todo es más simple, no hace falta conocer a alguien para hablar con él, hablas y punto, sin tener que dar a conocer unos segundos antes tu nombre ,tu libro de familia, tus datos fiscales, tu ocupación diaria... no hace falta tener una posición de sonrisa permanente escuchando un tema sobre algo o alguien que no te interesa para nada, no hace falta aguantar a aquellos que no aguantarías jamas. Cuando eres adulto o pretendes serlo, pues yo aún no he realizado el examen que me da el título, y es más,  esquivo todas las convocatorias que pasan delante de mi, rechazas la aventura, la diversión en su concepto más inmenso, el riesgo, y todo por "el que dirán". Tal vez esta libertad que te da la infancia algunos la tachen de mala educación, puede ser, aunque para mi no es el caso, es en cambio la mayor demostración de tu personalidad, desencadenada de normas sociales y pautas impuestas por aquellos que miden un metro más que tu., y estoy seguro,  que el que me tache de mal educado no probó jamas la infancia sin mezclar. He experimentado situaciones de odio, de cariño, de lucha, de superación, de esfuerzo, de miedo, tan simples, tan puras, sin cortar, que han marcado y definido mi personalidad a través del paso de los años.

Si ustedes me preguntan, si me gustaría volver al pasado, sin dudarlo ni un segundo les diría que si, no para intentar cambiarlo, si no para ser consciente de lo que feliz que era.


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