A veces Vemos pero no Miramos.
Alrededores de las Tablas de Daimiel. Foto sacada de Internet El día se levantó primaveral en mitad de Enero. Unos quince grados y el sol con los ojos abiertos invitaban a salir, a desempolvar la pereza que emerge en invierno. El plan era sencillo: bicicleta, amigos y campo , una mezcla perfecta para aprovechar la mañana. Nos lanzamos por los caminos a pedalada y charla , y entre tanto fuimos descubriendo como nuestra tierra se presentaba, como los pájaros nos acompañaban en su intermitente revoloteo, y como el campesino, el pastor, el pescador, y los chopos desnudos nos saludaban a nuestro paso. Las conversaciones iban y venían, divagaban entre lo típico y lo utópico, hasta que nuestro río Guadiana ensanchado, a paso gobernante, abriéndose para alimentar las Tablas de Daimiel nos dio un tirón de orejas y nos maravilló con su actual soberanía. A veces vemos pero no miramos , no somos conscientes de la belleza que nos rodea, de nuestra propia armonía, de aquello que se nos p...